MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
Al siglo V, antes de Cristo, como nada que uno diga, se remonta la primera acepción de democracia que ha conocido la humanidad. El origen se basa en la vieja lengua griega. La unión de los términos “demos y kratós”, (pueblo y gobierno).
Es decir, el gobierno del pueblo. Sin embargo, paradoja del siempre inescrutable tiempo, sobre todo cuando se asocia con lo incierto. Es Abraham Lincoln el más grande defensor del hombre, luego de que en Francia se proclamaran sus derechos, seis semanas después de la Toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789. Pero, además, es quien le da sentido al concepto democracia.
En el discurso que pronunciara el 19 de noviembre de 1863 en Gettysburg, donde se enfrentaron los Estados del Sur con los del Norte en la guerra civil estadounidense hace más de siglo y medio, Lincoln se catapultó, y él mismo trilló la ruta hacia la inmortalidad.
Allí dijo: “La democracia, es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” a sabiendas de que contrariaba lo ya establecido, puesto que desde el año 1787 el sistema del voto electoral es norma en el proceso de elección presidencial en los Estados Unidos de América, (EE.UU).
De modo que el apólogo con que se ha engañado a la gente pintándole la forma de gobierno del Imperio del norte como la democracia por excelencia, lo máximo sobre la tierra en el orden político, económico y social a que debe aspirar el hombre en sociedad tocó fondo. No hay manera de que las cosas puedan continuar igual.
Si algo objetivamente positivo tiene la elección de llevar a Donald Trump a la Casa Blanca es que ha quedado en evidencia el fraude que en esencia es el representativo voto de los colegios electorales.
No es casual que esa forma de elegir sea exclusiva de los indeseables y cuasi hegemónicos amos del mundo. ¡Lincoln, aún tú vives en el corazón del pueblo!
JORGE HERRERA, mi estimado amigo, que bueno que por esta via me doy cuenta de su salud, y de que aun esta activo, fui su subalterno en NOTICIAS DEL MUNDO EN RADIO RUTAS EN LA ROMANA, ejercicndo como corresponsal, y no sabe usted como siempre lo recuerdo, afable, serio comedido, bien intencionado, y gestor como el que mas, mis saludos mis felicitaciones y me uno a su escrito, con mucha alegria, ojala y sigamos por estas viss encomunicacion.